jueves, 30 de mayo de 2013

Lo que quiera

Yo.
Soy el mismo y otro.
Yo siempre, tú a veces.
Me meto en los cuerpos, me convierto en palabra, salgo de risas o caigo con lágrimas.
Puedo ser lo que quiera ser.

Yo soy el que mira, yo soy el que toca, yo soy la fuerza de un mar embravecido, la angustia de una pérdida infinita, el desahogo de la botella de ginebra o la pasión de unas sábanas incendiadas. Soy mis huellas y mis pisadas, el camino que me queda, mis golpes, mis arrugas, mis principios y mis finales.

Tengo opiniones fundadas, fundamentadas y enfundadas, aún teniendo otras sin cabeza ni pies, y con todo y con eso pienso, pienso, busco, hago planes y cuentas de vida y de viaje, leo, veo, escucho, me siento.

Disfruto como el niño que era, de una paz sin argumentar y me invento un paisaje de cuento, me creo el rey de un reino absurdo y me reinvento y constantemente vivo vidas que no me merezco. Y lo adoro.

Yo no soy el de antes, ni el de después.
Ni siquiera el de ahora.

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